miércoles, 19 de junio de 2013

Orientación vocacional. Análisis sobre la participación de los trabajadores de la educación media superior.

ANÁLISIS SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR EN LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL

DÍAZ ZÁRATE JUAN MANUEL
UAM-I



INTRODUCCIÓN

La problemática expuesta en el desarrollo del trabajo que se presenta más adelante tiene como base un análisis sobre la orientación vocacional, el planteamiento de la participación que tienen los orientadores con sus alumnos y cómo es que éstos últimos apropian dichos conocimientos impartidos en la institución educativa. Uno de los puntos sobresalientes que busco ampliar es la composición de los esquemas tradicionales que se llevan a cabo, en una relación que no sólo es ambivalente sobre el orientador con el alumno, si no los elementos y bases que los programas de orientación vocacional estatales e internacionales manejan e implementan en el ejercicio educativo.

Las pretensiones que expongo buscan abordar una perspectiva incluyente sobre los aspectos de evaluación que se emplean en el proceso de orientación vocacional en el nivel medio superior, teniendo en cuenta los esquemas, lineamientos y parámetros de la estructura que se plantea desde las agencias gubernamentales en un análisis contextual dirigido hacia la práctica de orientación. En vista de que existe sin duda una necesidad de atender está problemática ya que los factores están vinculados relativamente a un contexto que sobrepasa la integración de modelos educativos que están abiertos a una exploración integral, reconocer las dificultades en las cuales está sumergida la estrategia de intervención por parte de la Secretaria de Educación Pública y el manejo de herramientas que se ponen a disposición a los trabajadores de la educación vocacional.
Los alcances del presente trabajo están basados en una visión particular; establecer un marco de comprensión entre los factores que atraviesan dicha problemática, es decir, buscar los medios adecuados para la implementación urgente de mejoras que conlleve características de accionar, que brinden un resultado positivo en la integración del alumno de nivel medio superior. La contraparte de las funciones que desempeña el orientador estará descrita por las limitaciones mismas impuestas por el sistema educativo mexicano con todas sus variantes regularizadoras en los diferentes subsistemas.

Concientizar las aportaciones disciplinarias que los alumnos están recibiendo actualmente queda implícito en el marco atendido por dicho planteamiento, especificando con ello que los intereses por la ética en la participación académica y laboral de la orientación vocacional es prioritario en el discurso de este ensayo, ya que las formas adoptadas por las organizaciones para responder a la eficiencia y eficacia de la intervención educativa dejan mucho que desear en el replanteamiento y en la aplicación de los desafíos que se anteponen y son destinados a esta población descrita.
Sin embargo no dejaré como exclusión el cambio evolutivo en el panorama que se ha venido gestando con el involucramiento de dependencias gubernamentales, sociales y de participación comunitaria que
tiene una preocupación desde la internalización de los procesos de enseñanza-aprendizaje más convenientes a resolver, contemplando el marco de globalización a la cual estamos sujetos y que afronta las condiciones a fin de mejorar las condiciones institucionales atadas al proceso de competitividad sobre la gestión personal como forma proactiva de socialización.

La orientación vocacional tiene su auge en la revolución industrial bajo el influjo de las teorías de la gestión y el principio ergonómico: colocar al mejor hombre en el mejor puesto. En el año de 1923 se creó el Departamento de Psicopedagogía e Higiene Escolar de la Secretaría de Instrucción, ahora la SEP. Esta práctica fue ejercida también en la Escuela Nacional Preparatoria a principios del siglo XX, en la Consagración de la primavera de Stravinsky, y a mitad de siglo es ejercido el ejercicio de orientación vocacional en la UNAM.

En 2006 se tiene por manifiesto atender la demanda social creciente de educación superior colocado por el Programa Nacional de Educación 2001-2006, sin embargo actualmente la matrícula de educación superior se problematiza al no cumplir una cobertura mayor al 28 por ciento según el Instituto de Fomento e Investigación Educativa (IFIE). En el ciclo escolar 2002-2003 la educación escolar alcanzó una matrícula escolarizada de 2 millones 147 mil 075 estudiantes, de los cuales el 82.4 por ciento cursa la licenciatura (1 millón 768 mil 453 alumnos); 2.9 en el nivel Técnico Superior (62 mil 049); 8.6 de la Educación Normal (184 mil) y 6.2 el posgrado (142 mil 473). Del total de la matrícula que cursa la licenciatura, el 68.5 por ciento de los estudiantes asiste a escuelas públicas y el 31.5 por ciento a escuelas privadas (ANUIES, 2003).

Entre 1981 y 2003, la matrícula de licenciatura en las instituciones de educación superior en el sector privado pasó de 118 mil 999 estudiantes a 644 mil 832, lo que representa un incremento acumulado de 441 por ciento, esto representa un crecimiento del 15 por ciento de 1981 a 31.5 por ciento en 2003 y la matrícula en las instituciones públicas cayó de 85 por ciento en 1981 a 68.5 por ciento en 2003. Con ello se distingue  un papel relevante en la educación superior pública.
Me parece considerado atender la distribución territorial de la matrícula por que se distingue que el 50 por ciento de la educación superior está concentrada en 5 entidades del país: el Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León y Puebla (SEP-SESIC, 2001), observando también un problema de centralización. Desde 1950 hubo un periodo de desconcentración hay un incremento en la matrícula en más del 300 por ciento debido al acrecentamiento de instituciones, también aumentando con ello los recursos económicos a las universidades públicas. En resumen el número de las instituciones pasó de 95 a 235 planteles (Ríos, s/f). En el Programa de educación 2001-2006 hay un aumento hay una mayor demanda de profesionales calificados en todo el país. 

Otro problema es que el 49 por ciento de la demanda estudiantil de la licenciatura universitaria y tecnológica está concentrada en el Área de Ciencias Sociales y Administrativas, especialmente en las carreras de Derecho, Contabilidad y Administración en contraste las Ciencias Naturales y exactas que sólo absorben el 2 por ciento de la demanda, también hay un crecimiento gradual y consistente en las áreas de ingeniería y tecnología que atiende a 33 por ciento y el área de Ciencias de la Salud con un 9
por ciento producto de la coordinación que opera en la Secretaría de Educación Pública y las instituciones educativas.

Esto como planteamiento de la sobredemanda que expone la SEP concluye que México "no sólo muestra un rezago considerable" en la cobertura de educación superior en relación con países que mayor con mayor desarrollo económico, sino que se encuentra por debajo del nivel que presentan naciones  con situación similar e incluso más pobres como Bolivia y Ecuador que atienden una cobertura del 23 y 20 por ciento respectivamente, señalando que en nuestro país sólo se imparte educación superior al 19 por ciento de la población de entre 20 y 24 años (SEP-SESIC, 2001).
El Programa Sectorial de Educación 2001-2006 que propone en el Programa de Ampliación de la oferta Educativa de 2002 elaborado por la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica (SESIC) y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), buscaron favorecer el clima de la educación en la matrícula pero las metas proyectadas por los programas han sido insuficientes para la demanda actual debido a que continúan las tendencias inerciales en los subsistemas que tienen a su disposición los recursos intelectuales y materiales para la recomposición de la estructura académica del país.

Es entendible que para el desarrollo económico de México se maneja una ambición por restablecer términos y acuerdos que conlleven la mejora de la aplicación en el modelo de enseñanza-aprendizaje ya que debido a la práctica singular en las aulas haya una complicación no revalorada que no garantiza el mejor aprovechamiento de la orientación vocacional pretendida en primera instancia. 
La reconstrucción de un nuevo tratamiento para dicha problemática expuesta, también manifiesta su regulación en el actual Programa de Orientación Vocacional para el bachillerato general, tecnológico y profesional técnico, aplicado por el Gobierno Federal, el que plantea como misión implementar un programa que favorezca la toma de decisiones de los estudiantes del país en la elección de los estudios profesionales de la educación media superior y superior así como su incorporación al mercado laboral. Como Visión describe: ser un programa reconocido y valorado por la comunidad estudiantil del país, por el apoyo que brinda a los estudiantes en la identificación de sus aptitudes e intereses profesionales, asimismo informar sobre la oferta educativa de la Educación Media Superior y Superior en la República Mexicana, para fundamentar la elección de estudios en los que continuarán sus estudios, así como su incorporación al mercado laboral.  

Plantear un marco de referencia sobre estos puntos de forma tan ambigua es una perspectiva en la que parte este análisis en continuo del programa establecido en el periodo 2001-2006. El Programa Sectorial de educación 2007-2012 es una pretensión a la mejora de las características en un enfoque que busca apoyar las necesidades del desarrollo integral de los jóvenes en la actualidad. El manifiesto de los procesos de gestión de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) que impulsa la Secretaría de Educación Media Superior (SEMS), jerarquiza el desarrollo de la orientación ofreciendo elementos que principalmente reconozcan los logros y las limitaciones que la EMS ofrece a la población estudiantil exponiendo el crecimiento de la matrícula en el ciclo escolar 2009-2010 con 4.064 millones de estudiantes inscritos con una eficiencia terminal del 61 por ciento (SEP, 2011), y en la Educación
Superior está reportando un 76.1 por ciento de absorción en carreras de licenciatura y un 6.4 por ciento en carreras técnico especializado (INNE, 2011). Contrastante con el hecho de la sobredemanda que se percibe en nuestro país en las diferentes instituciones públicas en nuestro país.

La Secretaría de Educación Pública establece en su política educativa vigente el Programa Síguele Caminemos Juntos, conformada por seis dimensiones para la mejora en la calidad del servicio educativo dentro de las cuales se encuentra el Programa de Orientación Vocacional (POV), teniendo como finalidad promover el apoyo y asesoría a los estudiantes tanto para la elección de una carrera de la educación media superior o superior. Está promueve el reconocimiento de los jóvenes sobre el panorama general de las diferentes opciones de las profesiones y ocupaciones para poder analizar las alternativas a las cuales pueden verse sujetos y con ello desarrollar su potencialidad dentro de su trayectoria escolar.
Observando los planteamientos y regularizaciones de las corporaciones internacionales podremos encontrar una base interpretativa que permita extender este análisis, más adelante se confrontaran las problemáticas desde su principal práctica que es la relación, el trabajo y condiciones de las que está sujeto el orientador de la educación vocacional en su participación con los estudiantes del nivel medio superior.

Partiendo desde la Organización Internacional para la Cooperación Económica y Desarrollo (OCDE) determina que la orientación para la carrera tiene un rol importante enfocado principalmente como relevancia en la promoción del desarrollo de los recursos humanos de un país y es desde aquí donde parte este presente trabajo en la configuración y las dificultades que enfrenta en trabajador de la educación ya que no se brindan las recomendaciones de manera específica y clara desde donde tiene que partir éste último para la mejora de la aplicación de orientación con sus alumnos. Por su parte también la UNESCO trabaja en proveer recomendaciones en los servicios de orientación, reconociendo también que existe una privatización en el Centro de Recursos Informativos Educacionales y ocupacionales que buscan reorganizar los centros de orientación  de carreras locales, es decir, en este panorama existe una característica que emerge una problemática mayor debido al hecho que el orientador no tiene el acceso necesario para la acción en su contexto educativo, como resultado los directores con capacitación en orientación han sido remplazados por orientadores sin capacitación. El Ministerio de Educación compone que el actuar de la orientación sea parte básica de la orientación y como repercusión deja a las autoridades municipales de las escuelas decidir si proveen ese servicio y cuáles son las medidas que regulan ésta misma práctica.

Retomando el desarrollo de la propuesta de intervención de educación en nuestro país podemos entonces analizar un marco más amplio, se describe en los lineamientos que tiene el Programa de Orientación Vocacional a cargo de la Subsecretaría de la Educación Media Superior. Promueve la participación en conjunto de los orientadores con la institución en la que laboran , pero define que cada subsistema debe atender sus particularidades de operación, esto es comprensible entendiendo el contexto que tiene en su cotidianeidad cada población, se observa que sin embargo éste solamente contiene los lineamientos generales que orientan a la organización e implementación de los programas que se les brindan, sin ninguna revaloración o seguimiento de los alcances que tienen las actividades de
los distintos orientadores con sus alumnos, es decir, no se redefinen las precisiones que permitan guiar las propuestas de intervención que se tienen como libre cátedra en la ocupación del profesional. Sólo se llevan a cabo registros estadísticos que muestran una mayor deserción de la comunidad estudiantil del nivel de educación media superior y un rechazo a la inserción del nivel superior.
Incorporando a grandes rasgos la problemática que tienen nuestras instituciones en el papel que significa el trabajo de orientación vocacional, Sánchez y Valdés (2003) mencionan que el orientador es un profesional que está especialmente preparado para evaluar las habilidades de una persona, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores ambientales que influyen o son importantes para una decisión. Conforme al perfil académico del orientador educativo también existen disyuntivas a tratar un ejemplo respecto a la práctica del orientador, Díaz, B. (cit. en Meneses 2002) menciona que la mayoría de los orientadores desempeña su función dependiendo del contexto en el cual trabajan, es decir, realizar su quehacer cotidiano de su jornada laboral, esta autora señala que debido a todas las actividades del orientador difícilmente tendrá éste, tiempo de cuestionar su práctica y más significativamente para conceptualizarla. 


PROPUESTA DE INTERVENCIÓN


Por una parte comencé examinando particularmente la concepción y las nociones que los alumnos tienen sobre la orientación vocacional que han recibido en las instituciones a las cuales pertenecen, tomando en cuenta también entrevistas dirigidas a los mismos orientadores en los planteles de bachillerato general, y abordando la panorámica general expuesta anteriormente. La primera parte de la propuesta es obtener acceso a información pertinente y clara sobre la interacción que el estudiante tiene con su orientación y reconstruir la perspectiva en la práctica del trabajador de la educación en conjunto con una revaloración de las autoridades locales de cada plantel al cual se permita el acceso de la información.
Debido a las características que cada institución determina para su formación y resolución de sus conflictos.
Buscaría crear un vínculo de relación directa y ética, de compromiso del orientador con sus alumnos, estableciendo un diálogo pertinente al contexto al cual este pertenece con todas sus limitantes que está práctica tiene en sí misma.
Posteriormente a la incorporación de la información a la cual pueda tener acceso, estimaría un convenio en el que pueda introducir dinámicas dentro de las instituciones o crear vínculos con las instituciones, organizaciones gubernamentales y ONG que ya trabajan precisamente con la atención a esta problemática buscando una innovación del plano asistencialista que algunas ya manejan. 
Es un trabajo continuo que trata de recrear una modalidad real y tangible, deja de lado pretensiones que reproduzcan el tradicional esquema educativo.
Replantear una forma en la cual pueda integrarse un plano interdisciplinario es decir, trabajar de la mano con distintas carreras que puedan acercar a los alumnos las diversas alternativas para su inserción
en el ámbito educativo, brindando no sólo las herramientas de evaluación con las que cuentan los trabajadores de la educación, sino especializando una nueva forma de acción.



Biografía

Marco Conceptual de la Orientación Psicopedagógica. Revista REMO
La práctica del orientador educativo y la motivación del logro en los alumnos
Paz López María.


La orientación psicopedagógica en la escuela. REMO
Acevedo Núñez Sebastián


CONGER, Stuart. Agencias gubernamentales internacionales y orientación de carreras. Orientac. soc. [online]. 1999, vol.1 [citado 2013-03-27], pp. 21-31. Disponible en: <http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-88931999000100002&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1851-8893.

La gestión personal de la carrera y el papel de la orientación profesional. Teoría, práctica y aportaciones empíricas. María Luisa Rodríguez Moreno. Universidad de Barcelona.


Tendencias de la matrícula de educación media superior en México. REMO
La reflexión ética y la orientación educativa.
Guadalupe Escamilla Gil.


Programa de Orientación Vocacional para el bachillerato general, tecnológico y profesional técnico. 2011


Sánchez Escobedo P. y Valdés Cuervo, Á. (2003). Teoría y
práctica de la orientación en la escuela: un enfoque psicológico.
México: Manual Moderno.


http://enlace.sep.gob.mx/ms/?p=estadisticas2010

Consultado el 20 de junio de 2011

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