miércoles, 19 de junio de 2013

Aprendizaje Cooperativo.

El Aprendizaje Cooperativo. Un aporte desde la Psicología Social de la Educación para mejorar el aprendizaje de la Historia.


Orlando Núñez Ayala 
UAM-I

El Aprendizaje Cooperativo. Un aporte desde la Psicología Social de la Educación para mejorar el aprendizaje de la Historia.

El sistema educativo a nivel medio superior de nuestro país sufre una profunda crisis de rendimiento, que se refleja en las altas tasas de fracaso escolar que puede deberse a problemas motivacionales para cumplir sus metas, el tener un auto concepto desventurado de él mismo lo que tienda a bajar el rendimiento y así no concluir sus estudios  (Lozano, 2003); así mismo hay problemas de socialización, que se manifiesta en una alta frecuencia de problemas de disciplina. Pero,  está claro que las tasas de fracaso escolar como los problemas de disciplina no afectan por igual a todos los alumnos, los más afectados son aquellos que cuentan con escasos recursos, tal y como lo muestra el informe de la UNICEF titulado Las exclusiones de la educación básica y media superior en el D.F.
Cuando se lee la publicación anual Panorama educativo en México  se nos informa que las cifras sobre cobertura nacional de la enseñanza ronda en 73%, tal dato expresa que la cobertura es el doble con respecto a hace 50 años, por tanto significa que nunca antes en la historia de México tantas personas tuvieron un nivel educativo formal tan elevado. Sin embargo, esto no se ve reflejado en su rendimiento escolar, pues en los últimos 10 años se ha incrementado los niveles de fracaso escolar y analfabetismo funcional (Lerner, 1981), cabe recordar que ocupamos el penúltimo sitio de países miembros de la OCDE en educación. La media del índice de rezago grave educativo a nivel nacional en 2000 era de 7.1 % y en 2011 aumentó a 9.6 %, siendo más alarmante el aumento en las ciudades importantes (México, Guadalajara, Monterrey) donde pasó de un 3.7 % a un 7.7 % (A/T Panorama Educativo en México 2011). Estos indicadores, sin duda alguna, nos permiten hablar de una crisis de aprendizaje actual en nuestro país.
El informe citado habla de que alrededor del 20 % de alumnos egresados del nivel medio superior son analfabetos funcionales, pues son incapaces de realizar las operaciones básicas como la suma, resta división y multiplicación, mientras que alrededor del 60 % de los egresados tampoco son capaces de leer en voz alta de forma clara y aún menos de analizar textos. Hechos que puedo observar como docente de la asignatura de Historia en nivel bachillerato. Por poner un ejemplo, en el semestre II del año 2011 conté con tres grupos, un total de 72 alumnos de ambos sexos, de ellos 30 abandonaron el curso, 13 más reprobaron y solo 29 aprobaron el curso (17 mujeres y 12 hombres). Entre los aprobados presentaban los problemas anteriormente mencionados.
Simultáneamente a la crisis de rendimiento, hay problemas de socialización. Se sabe que la sociedad sigue transformándose y fruto de esos continuos cambios desde hace años en numerosas familias ambos padres salen a trabajar durante todo el día, han aumentado el número de familias con sólo padre o madre (debido a divorcios o padre o madre soltero), lo que conlleva a que un niños y jóvenes “se sientan aislados, desconectados de sus padres y de sus compañeros, y sin una impresión clara de quiénes y que tipo de personas son.” (Johnson 1980). Según este autor citado, la falta de una adecuada socialización afecta el rendimiento escolar produce un aumento de la agresividad hacia otras personas, aumenta la delincuencia juvenil e incluso puede conducir al suicidio.
Esto sin duda concede protagonismo a la escuela como un agente no sólo de transmisión de conocimiento sino como agente socializador que debe ayudar a potenciar y mejorar las capacidades cognitivas para resolver problemas y mejorar a su vez sus interacciones sociales. Tal situación me llevó plantearme las siguientes preguntas ¿Por qué la escuela como agente de transmisión de conocimiento que es no puede potenciar y mejorar las habilidades cognitivas para resolver problemas? ¿Qué estoy haciendo o dejando de hacer como docente? ¿Qué puedo hacer para mejorar el aprendizaje de mis alumnos? ¿Cómo lograr un ambiente de participación grupal? ¿Qué puede ofrecer la psicología social para ayudar?
Como posible respuesta se encuentra el aprendizaje cooperativo y por tal razón inicié su estudio a través de libros y cursos. Y sin pretender, aún, definir qué es el aprendizaje cooperativo me atrevo a resumirlo en una simple línea: es, en esencia, el proceso de aprender en grupo. La premisa fundamental es que el aprendizaje es un proceso interpsicológico en que “El intercambio, la interdependencia, la socialización de procesos y resultados y la actividad grupal son factores decisivos de la formación del hombre” (Ferreiro, p. 21). Se toman principios teóricos de Lev S. Vigostky como: toda función aparece dos veces, primero en el plano interpersonal y después en el intrapersonal, el concepto de zona de desarrollo próximo, de los hermanos Johnson el concepto de interdependencia social positiva y el modelo de docente como mediador. Existen varias estrategias en este tipo de aprendizaje, pero me basaré en métodos  Jigsaw y Group investigation.
Se debe considerar que la aplicación de este tipo de estrategias conlleva dificultades y riesgos como lo son el crear los ambientes y grupos adecuados, la existencia de estudiantes que toman el liderazgo del grupo, alumnos rezagados o disputas internas. Factores que deben ser considerados.
Aprendizaje de la historia a nivel bachillerato.
Para iniciar siempre es conveniente escribir pequeñas definiciones de cómo se han de entender ciertos conceptos y, sobre todo, con qué sentido se utilizarán, en lo particular en este texto será:
Aprender,  se entiende como un proceso complejo bio, psíquico y social, en el que por medio del estudio o la experiencia se asimilan y recrean nuevos modos de ser, habilidades y conocimientos.
Aprender Historia,  similar a la definición anterior, como un proceso de vivencias y estudio por el que se conocen los procesos históricos y se adquiere una perspectiva de pluralidad sobre la realidad, se toma conciencia de su propio ser, pero sobre todo se es hábil para seleccionar, analizar, criticar, desarrollar y expresar ideas de su devenir histórico (pasado, presente y futuro).
En las instituciones de nivel medio superior la asignatura de Historia se caracteriza por ser una enseñanza unidireccional, es decir, el maestro dicta o escribe una serie de datos que el alumno debe memorizar. Tal forma de hacerlo hace que alumnos ven demasiado aburrida la asignatura. Se ha tratado de solucionar lo anterior de diversas formas como la introducción del anecdotismo, que presta atención a las acciones de la vida cotidiana a veces carente de importancia y superficial; otra forma (de las más tradicionales) es resaltar las figuras heroicas y sus virtudes; pero sobre todo rige la enseñanza dogmática, es decir, aquella en la que los profesores se guían de un libro de texto y transmiten ese conocimiento como una verdad absoluta, privilegiando el discurso del maestro erudito. A los jóvenes se les hace sumamente aburrida la asignatura y su aprendizaje suele ser escaso o nulo, pues no se les queda información y menos aun desarrollan las habilidades cognitivas que se desean.
Tales formas de enseñanza se oponen a la definición que se hizo de aprender Historia, por lo cual es necesaria una innovación y por ello utilizo el aprendizaje cooperativo como proceso psicosocial de la educación que  mejora el aprendizaje.
 El aprendizaje cooperativo
El aprendizaje cooperativo lo hemos de entender como agrupación de personas que orientan sus esfuerzos para obtener resultados satisfactorios en el manejo de un tema o trabajo común. Con el presupuesto fundamental de que toda educación es un proceso interpersonal que puede ocurrir solo a través de la interacción personal.
Ezequiel Ander plantea el siguiente concepto:
“Se trata de un conjunto de personas que tienen un alto nivel de capacidad operativa de cara al logro de determinados objetivos y a la realización de actividades orientadas a la consecución de los mismos. El trabajo individual y colectivo se realiza con un espíritu de complementación, mediante una adecuada coordinación y articulación de tareas, y en un clima de respeto y confianza mutua altamente satisfactorio”.
Al realizar actividades académicas cooperativas, los individuos establecen metas que son benéficas para sí mismos y para los demás miembros del grupo, buscando así maximizar tanto su aprendizaje como el de los de otros.
Cabe decir que las relaciones entre iguales pueden incluso constituir para algunos estudiantes las primeras relaciones en cuyo ser tienen lugar aspectos como la socialización, la adquisición de competencias sociales y el control de los impulsos agresivos. El trabajo en equipo cooperativo tiene efectos en el rendimiento académico de las participantes así como en las relaciones socio- afectivas que se establecen entre ellos.
En el aprendizaje cooperativo hay elementos básicos. Un grupo cooperativo se estructura cuidadosamente para asegurar:
Interacción cara a cara.
Responsabilidad individual.
Interdependencia positiva.
Desarrollo de estrategias sociales.
Construcción, descubrimiento y expansión de su propio conocimiento.
Los esfuerzos del docente llevan la intención de desarrollar talentos y competencias en los estudiantes.
Cuando se trabaja en una actividad que usa el aprendizaje cooperativo, el grupo de estudiantes en la clase trabaja junto durante un periodo de tiempo que va de una hora de clases hasta varias semanas para lograr las metas de aprendizaje que han compartido, al igual que se terminan las tareas y asignaciones específicas.
Vigostky (1997) “Sostiene y reconoce que el aprendizaje es un proceso cognoscitivo que requiere el uso de instrumentos físicos y herramientas psicológicas y socioculturales (pensamientos y lenguaje) que miden favorablemente el logro de los aprendizajes superiores en los aprendices”.
Para aprender el estudiante debe poseer un óptimo desarrollo cognitivo pero, a su vez, también debe hacer uso de instrumentos psicológicos o herramientas socioculturales, para aprender. Entre más uso haga de ellos y más las domine, más capacidad y estrategias cognitivas desarrollará para aprender autónomamente y autorregular su aprendizaje.
El aprendizaje cooperativo requiere de grupos de estudio y trabajo. En primera instancia, porque es en el trabajo en grupo donde los docentes o los compañeros más pueden colaborar con los menos favorecidos en su desarrollo cognitivo, acceso al conocimiento o mejorar sus aprendizajes.
El aprendizaje cooperativo requiere de una planeación bien clara del contexto en el cual el sujeto puede aprender, o sea la zona de desarrollo próxima, que potencia aprendizajes superiores.
En los grupos de estudio, es vital considerar y tomar en cuenta que los estudiantes más capaces se impliquen en la colaboración, deben tener un alto grado de seguridad en sí mismos, y sobre todo, demostrar una gran capacidad de razonamiento en la solución de problemas y en la puesta en práctica de estrategias para tomar decisiones.
Si bien es cierto que en el aprendizaje cooperativo, la enseñanza, el docente, los compañeros y el contexto socioeducativo, en el cual ha de experimentarse éste, son importantes, lo es también, en prioridad, el sujeto que aprende. Según Vigostky (1997) “El individuo aprende utilizando sus niveles de desarrollo ontogénetico que ha internalizado como producto de su evolución psíquica y sociohistórica, y así accede y construye nuevas formas culturales de conocimientos que cada día lo hacen crecer más epistémicamente en su avance hacia la adquisición de funciones psicológicas superiores de aprender”.
 Fundamentos teóricos en el aprendizaje cooperativo.
La investigación en el aprendizaje cooperativo ha sido guiada, por lo menos, por tres teorías generales:
1.        La Teoría de la Interdependencia Social: quizá la teoría que más influye en el aprendizaje cooperativo se enfoca en la interdependencia social. Kurt Kafka, uno de los fundadores de la Escuela de Psicología de la Gestalt, propuso que los grupos eran un todo dinámico en el que la interdependencia entre los miembros variaba. Siguiendo tal pensamiento Ferreiro nos define la interdependencia social positiva como:
“La relación que se establece entre los alumnos de un grupo para compartir procesos y resultados de su actividad escolar, lo que no significa de manera alguna que en todo momento de la clase permanezcan trabajando en equipo. La interdependencia supone un buen nivel de desarrollo, de independencia de los integrantes del grupo, esto hace que el intecambio y la cooperación aporten a crecer más…” (Ferreiro, 162)
2.        La Teoría del Desarrollo Cognitivo: tiene gran parte de su fundamento en los trabajos de Piaget, Vigostky y otros teóricos. Para Piaget, cuando los individuos cooperan en el medio, ocurre un conflicto sociocognitivo que crea un desequilibrio, que a su vez estimula el desarrollo cognitivo. Vigotsky plantea que el conocimiento siempre aparece 2 veces, primero a nivel interindividual y posteriormente a nivel intraindividual. Todo individuo tiene una zona de desarrollo potencial que permite la adquisición (entre otras cosas) de conocimientos y habilidades, en otras palabras, todos tenemos un nivel de desarrollo real, pero tenemos la capacidad de elevarla gracias a la ayuda de otros a través de la interacción social.
3.        La Teoría del Aprendizaje Social: Bandura se enfocó en el impacto que tienen los refuerzos y recompensas del grupo en el aprendizaje y en la imitación, por su parte los hermanos Johnson y Johnson (1979) hacen  énfasis en la necesidad de recompensar a los grupos para motivar a la gente para que aprendan en grupos de aprendizaje cooperativo.
Para Johnson y Johnson la investigación ha sido muy numerosa y ha probado muy claramente, varias cosas acerca de la importancia de la cooperación durante los esfuerzos por aprender como los siguientes:
1.        La efectividad del aprendizaje cooperativo ha sido confirmada por igual por la investigación teórica y la demostración.
2.        Se puede usar el aprendizaje cooperativo con cierta confianza en cada nivel de grado, en cada asignatura y con cualquier tarea.
3.        La cooperación es un esfuerzo humano genérico que afecta simultáneamente a muchos resultados diferentes de la enseñanza. El aprendizaje cooperativo es un cambio de paradigma que se observa en la enseñanza.
El docente como mediador.
El concepto de docente mediador parte del concepto de Vygotsky de la  zona de desarrollo potencial o próximo, es decir, el profesorado cambia su papel de expositor frontal ante la audiencia de alumnos, por una figura que favorece su aprendizaje, estimula sus potencialidades y corrige sus funciones cognitivas deficientes.
El docente debe conocer el estado inicial de sus alumnos su no saber hacer, poder o ser para posterior mente aumentar cualitativamente sus habilidades, es decir debe brindar la ayuda necesaria para alcanzar la zona de desarrollo potencial del alumno. En este proceso hay una bidireccionalidad, una relación recíproca intencionada entre alumno- docente y viceversa. Por tal razón el docente debe tener planeación clara de la clase, explicar el objetivo, significado y trascendencia de lo que se realiza, orientar en el momento oportuno, pero sobre todo debe tener un dominio claro del tema para poder realizar todo lo anterior.
 Métodos del aprendizaje cooperativo
Son varios los métodos que han surgido para incrementar el aprendizaje cooperativo que se han llevado a la práctica y que se siguen desarrollando:
Básicamente resumiré el denominado Jigsaw  (conocido en español como rompecabezas) realizado por Aronson y que tiene el objetivo de hacer que todos los que participan dentro de un grupo cooperen, pero que esa participación sea imprescindible para el trabajo grupal. Está acompañada de un material curricular que cada integrante va a efectuar el aprendizaje y dominación del tema, para hacer imprescindible su participación y cooperación.
El funcionamiento es: inicialmente, los alumnos se dividen en grupos de cuatro a seis alumnos de manera homogénea y distintos niveles de habilidades cognitivas, para resolver o realizar una actividad. Dentro de cada grupo se decide la parte a resolver por cada uno de ellos, por lo cual cada uno de los integrantes del equipo tendrá una sola tarea, pero que es imprescindible para realizar el trabajo. Una vez que ha hecho su parte, cada alumno volverá a su grupo e informará sus resultados.[1] Con la unión posterior de los distintos informes se resuelve la actividad inicial. Una versión de la técnica en diez pasos quedaría de la siguiente forma (Aronson y Patnoe, 1997):
1. Dividir el aula en grupos de cinco o seis personas.
2. Nombrar un líder o portavoz del grupo.
3. Dividir la lección o problema de cinco a seis partes.
4. Asignar a cada estudiante una de las partes.
5. Elaboración por parte de cada alumno de su informe.
6. Reunión de “expertos” previa a la reunión del grupo, que mejorarán los informes individuales.
7. Reunión de los grupos de trabajo.
8. Exposición de cada una de las partes por el “experto” correspondiente.
9. Exposición del trabajo final (normalmente a través del “líder”).
10. Evaluación de cada uno de los grupos.
Es importante decir, que si es un grupo de alumnos que trabajaran juntos durante periodos largos (semanas o incluso el semestre) haya rotación del líder del equipo para así evitar que el estudiante dominante dentro del grupo asuma el control total de sus compañeros.
Otro método denominado Group Investigation diseñado por Shlomo Sharan, tiene como finalidad el crear cooperación, pero de un modo en el que lo que se rescate del aprendizaje no sean tan sólo la revisión de material, sino de que con eso se puedan crear síntesis y sacar de esas mismas análisis que sirvan para poder llevar prácticamente lo que se ha aprendido. Este modelo lo corresponden cuatro facetas: 1) realizar grupos que al final unan conocimientos, 2) tareas de aprendizaje variadas, 3) comunicación intergrupal, 4) que la participación del profesor sea de equidad, siendo éste sólo guía para que se efectúen las actividades.
Riesgos y dificultades de implementación.
             A pesar de las ventajas que tiene el aprendizaje cooperativo, se debe ser plenamente consciente y responsables de que no está exenta de dificultades y riesgos al aplicarlas.
· Excesivo número de alumnos por aula. Las escuelas de nivel bachillerato presentan grandes cantidades de alumnos, sobre todo al iniciar los cursos, lo que puede provocar un ambiente desfavorable.
· Espacios y aulas inadecuadas para el desarrollo de trabajos en grupo. Los salones de clase suelen ser espacios reducidos para el número de equipos que suelen formarse, esto impide una adecuada distribución y movilidad.
· Dificultad de seleccionar textos apropiados.
· El tiempo para corregir y evaluar se incrementa. Aparentemente al evaluar en grupos la rapidez al evaluar y corregir aumentaría, pero no es así, pues estas se deben hacer a nivel individual y a nivel grupal, el sistema cooperativo  requiere que sea continua y final, tanto a nivel individual como grupal.
· El rechazo de trabajar en grupo fuera de su zona de confort (amigos).
· Ausencia escolar ante los exámenes grupales. Sin razón aparente un número considerable de alumnos se resiste a presentarse el día que será evaluado su equipo, hecho que necesita una indagación.
· Cabe destacar que los estudiantes con mayores atributos personales e intelectuales que suelen orientar el aprendizaje de sus compañeros, sobre todo los que más necesitan ayuda, podrían perder confianza en sí mismos si hay rechazo por parte de los demás integrantes o de perder el interés al ser superior lo que  en vez de ayudar al logro de aprendizajes colaborativos lo que puede producir es una regresión.
· A mayor edad peor asimilación de los métodos cooperativos. Debido a su experiencia vital los adolescentes suelen oponerse a trabajar en grupo, anteponen su individualidad en vez de ayudar a sus compañeros.
· Otro riesgo es la falta de experiencia del docente que aplica técnicas del aprendizaje cooperativo. Pasar de los cursos y libros teóricos a la práctica profesional, como lo es mi caso, dificulta la implementación y correcta aplicación.
· Un factor es ser el único que aplica técnicas de aprendizaje cooperativo en una escuela en la que se acostumbra a dar clases de manera tradicional, es decir, unilateralmente el profesor ante su audiencia de alumnos.


 Bibliografía:
Anexos Panorama Educativo de México 2011: Acceso y Trayectoria. En Instituto Nacional para la Evaluación de la educación.
http://www.inee.edu.mx/index.php/publicaciones/informes-institucionales/panorama-educativo/3408

Aronson, E. y Patnoe, S. (1997). The jigsaw classroom: Building cooperation in the
classroom (2nd ed.). New York: Addison Wesley Longman.
Bandura, A. (1984), Teoría de aprendizaje social, 2ª. Ed., Madrid, Ed. Espasa-calpe.
Doise, W., “Tensiones y explicaciones en psicología social experimental”, en Revista Mexicana de Sociología. Vol. 45, No. 2 (Abril-Jun, 1983).
Ferreiro Gravié, Ramón.  El aprendizaje cooperativo: trabajo en equipo para enseñar y aprender. 2ª ed., México, Trillas, 2009.
Estrategias didácticas del aprendizaje cooperativo: método ELI. México, Trillas, 2009.
Escudero Muñoz, J. M. (2005), Fracaso escolar, exclusión social: ¿de qué se excluye y cómo?, 5 de abril de 2012, Profesorado. Revista de Curriculum  y Formación de Profesorado:

http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/567/56790102.pdf
.
García Cruz, Rubén; Guzmán Saldaña, Rebeca; Martínez Martínez Juan Patricio. “Tres aristas de un triangulo: Bajo rendimiento académico, fracaso y deserción escolar, y un centro: <el adolecente>” en Revista científica electrónica de Psicología no. 2, ICSA-UAEH, 200.
Johnson y Johnson, D.W, Johnson, R.T. y Holubec (1999), e:j: El aprendizaje cooperativo en el aula. Barcelona, Paidos.
Johnson, D,W. (1984), Psicologia Social de la educación. Kapelusz, Madrid.
Lerner, B. (1990) the mínimum competence testing movement. Publicada en 
http://reme.uji.es/
. Revista electrónica sobre motivación y emoción.
Ovejero, Anastacio.  El aprendizaje cooperativo: Una alternativa eficaz a la enseñanza tradicional. Barcelona, PPU.
-Psicología Social de la educación, Barcelona, Herder, 1988.



[1] Aunque hay una variante previa: Si los distintos grupos trabajan el mismo material se recomienda que cada alumno se reúna con los que llevaron a cabo la misma parte para intercambiar puntos de vista (llamado como “reunión de expertos”) y después se reúnan con su grupo asignado.


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Aprendizaje cooperativo

Dos archivos pdf que tratan sobre qué es el aprendizaje cooperativo:
aprencooper
aprendizaje+cooperativo



Aprendizaje cooperativo: una eficaz aportación de la psicología social a la escuela del siglo XXI

Un artículo de Anastacio Ovejero sobre el aprendizaje cooperativo:
Ovejero, aprendcoop.



La psicología social de la educación como disciplina básica en la formación del profesor

A continuación dejo un artículo de Ana Guil Bozal que habla sobre la importancia de la psicología social y la educación.
Psicología social de la educación




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