miércoles, 19 de junio de 2013

Capítulo III. La confrontación entre lógicas de las teorías y la lógica de los hechos.

Capitulo III “La confrontación entre lógicas de las teorías y la lógica de los hechos”

¿Por qué ciertos aspectos de la realidad han sido excluidos de nuestros campos de investigación?
En toda empresa científica, el objetivo de las teorías de los métodos es sondear hasta lo más profundo los estratos significativos de la realidad. La psicología social apenas ha abordado el fenómeno de la desviación, considerándolo solo en relación con el conformismo. Muy pocos estudios han examinado las condiciones en que una minoría puede tomar iniciativas innovadoras y cambiar las normas del grupo. Estas investigaciones están determinadas por el gusto de los investigadores. El modelo actual ha puesto límites para explorar la riqueza de la realidad y su diversidad. Para probar esto toma dos ejemplos, el de la desviación y el de la innovación.
El desviante se le ha descrito como un individuo que tiene necesidad de los demás, privados de recursos psicológicos independientes, esta pronto a suscribir las opiniones y los juicios de la mayoría y la autoridad, y es, considerado un conformista. Pero si se le observa desde otro punto de vista, es posible ver un individuo que se esfuerza en ser independiente, que se inclina a rechazar la influencia y la autoridad del grupo, que tiende a imponer su propio punto de vista. El hecho de ser diferente refleja una necesidad de distinguirse de los otros y el deseo de afirmar lo que él cree y juzga importante. El no conformismo y la marginalidad expone a los individuos a las duras experiencias del insulto, el ostracismo o incluso la persecución por la defensa de una creencia de un comportamiento, de un sector del saber, pero estos esfuerzos tienen su recompensa, una situación que puede vivirse como psicológica y socialmente positiva. Se ha pretendido que los desviantes ofrecían más posibilidades de ceder que los conformistas. Los que más se identifican con el grupo son mas conformistas.
La relación entre desviación y dependencia no está claramente definida, la propensión del desviante a la conformidad no es mayor, que su propensión a la autonomía. Los individuos desviantes pueden tener una influencia en los no desviantes. La desviación frente al grupo se considera como disfuncional e insoportable mientras que el deseo de ser fiel a sí mismo de ser un individuo único se estima en nuestra sociedad como un alto valor moral. La conformidad representa la “debilidad” y la independencia representa la “fuerza”, y es difícil imaginar que coexisten ambas en un individuo. Los individuos verdaderamente independientes tienden a expresarse, a esforzarse por influir en las opiniones de los grupo.
La innovación impone revisar todo el contexto empírico de nuestro trabajo y ver los intercambios sociales a una luz nueva. Homans se esforzó en precisar por que encontramos menos conformismo en ambos extremos de la escala social, y dice que, para individuos que poseen un status o rango elevado la balanza se inclina en favor del no conformismo. Por el otro lado el no conformismo y la rebeldía contra la mayoría ofrecen algunas ventajas evidentes; las personas o los subgrupos con un status poco elevado, al igual que el proletariado, no tienen otra cosa que perder que su propia esclavitud. Sin embargo este análisis no toma en cuenta las creencias de los individuos y los grupos, sus aspiraciones s modificar, tampoco tiene en cuenta que, pese al riesgo que corren los individuos y los grupos se opondrán a las mayorías e intentaran modificarla. Parece existir un consenso en apoyo a la idea de que, en un grupo, la innovación viene del líder. Ser líder exige que este se aparte a veces de la norma, e introducir modificaciones en esta. De aquí se pueden sacar tres proposiciones:
  1. Las presiones que llevan a la innovación nacen fuera del grupo
  2. Esta presión a la innovación se ejerce solo sobre el líder, por ser el único miembro del grupo que está en contacto con el mundo exterior
  3. La innovación presupone generalmente el riesgo de una pérdida de popularidad o de una reducción del crédito de particularismo
La historia de las innovaciones y de las revoluciones ha demostrado, que los individuos de rango poco elevado o marginal mantienen, por razón de sus situación en la periferia del grupo, un contacto más estrecho con el mundo exterior que los individuos de rango elevado, que se encuentran en el centro del grupo. Una iniciativa original, un comportamiento innovador, entrañan riesgos evidentes para todo individuo cuya posición en la sociedad está bien establecida, mientras que si viene de un individuo o de un subgrupo del periferia al centro del sistema social, supone más ventajas que riesgos. Cuando los lideres innovan, lo hacen a menudo en respuesta a una presión interna que ejercen subgrupos o individuos situados en una posición inferior. La innovación no esta ligada al rango y menos aún al rango elevado.
Se señala también que la razón por la que la psicología social ha ignorado estos dos fenómenos, no es porque no sean importantes, sino porque son incompatibles con la posición teórica adoptada hasta el momento, que es la funcionalista.
La incertidumbre ¿Merece la posición central que ocupa en el modelo teórico?
Es  innegable que la noción de incertidumbre desempeña un papel crucial en el análisis contemporáneo de la influencia, en el sentido de que se supone que la influencia reduce siempre la incertidumbre. La dependencia informal de un individuo respecto a los otros deriva directamente de la incertidumbre. El estudio de la incertidumbre, pretende explicar el comportamiento de influencia en cuanto comportamiento de comunicación de informaciones. La influencia proviene de la necesidad sentida por el receptor de obtener informaciones para hacer frente a su entorno. En otros términos, la existencia de la incertidumbre no solo hace a un individuo o un subgrupo más receptivo, sino que transforma también la significación de las relaciones y de los comportamientos asociados a la influencia.
Las experiencias de Asch y Moscovici (1969), han revelado la posible existencia de una fuerte influencia aun cuando los estímulos están absolutamente libres de ambigüedad. La ambigüedad y el carácter cambiante, no son una condición necesaria para que se instaure una norma o se ejerza una influencia sobre las opiniones. Influir en alguien sobre un objeto ambiguo no es lo mismo que influir en alguien sobre un objeto no ambiguo.
En el estudio de la incertidumbre; los teóricos sostienen que la influencia se debe a la reducción de la incertidumbre; los experimentadores tratan de influir en los sujetos a fine de influir en la incertidumbre. Está claro que el efecto del grupo es, ante todo producir la incertidumbre y la ansiedad. Desde el punto de vista de Moscovici, la reducción de la incertidumbre o de la ambigüedad no debería incluirse entre las proposiciones generales aplicables al análisis del proceso de influencia.
¿Es legítimo seguir usando indiferentemente el concepto de poder y el concepto de influencia?
Se ha asumido la hipótesis de que el poder es la única fuente de influencia y de que la influencia es la consecuencia o el instrumento del ejercicio del poder. Se ha propuesto una relación entre jerarquía y conformidad por los cual se le ha atribuido a la dependencia un papel muy importante, hasta considerarla una variable independiente mayor. En esta perspectiva se otorga más peso a una opinión mayoritaria que a una minoritaria, ya que la dependencia respecto de la mayoría es mayor que la dependencia respecto de la minoría. A partir de esto se ha definido la influencia como una extensión del poder. Pero si se pone atención se puede desmentir esta conclusión, ya que no hay un nexo entre dependencia y conformidad. Ni la presión de una mayoría, ni la opinión de una mayoría, son de importancia más decisiva que la de un individuo aislado. El poder y la influencia actúan en el mismo sentido y a través del mismo agente, únicamente en el contexto de la presión hacia la conformidad que ejerce el grupo sobre el individuo.
Los límites del modelo funcionalista provienen directamente y exclusivamente del sesgo de conformismo, que hace posible  la toma en consideración de la influencia por los individuos y las minorías y que proyecta una imagen tan negativa de la desviación.

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